Chimo Ferrer/ Escribo estas líneas perplejo con lo que están emitiendo en las televisiones. Durante años hemos visto como jueces inocentes han sido apartados de la carrera por denuncias de prevaricación realizadas por aquellos a los que estaban juzgando, jueces que incluso en Estrasburgo se han visto respaldados dando un tirón de orejas a España. Pero nadie movió un dedo, podíamos alegar que ante la duda,… También hemos visto como el juez Fernando Ferrín Calamita, simplemente por elevar una consulta a instancias superiores interesándose por si la sentencia que emitiría podía o no dañar los intereses de los menores implicados, era inhabilitado. Muy pocos levantaron la voz, y lo que lo hicieron fueron duramente criticados. Vimos a una juez de Denia apartada de su juzgado por no querer casar a dos personas del mismo sexo, al dudar de la constitucionalidad de la ley que lo permite y no querer atentar contra la Constitución, y los mismos que ahora se manifiestan y concentran defendiendo a un juez, lo aplaudieron. ¿No tienen los jueces derecho a consultar a sus superiores?¿No tienen los jueces derecho a realizar consultas a instancias superiores si no tienen claro la legalidad de la sentencia que debe emitir, aplicando otra determinada ley? ¿No tienen los jueces derecho a tratar de verificar si la sentencia que deben emitir aplicando una determinada ley puede ser perjudicial para las partes?
Pues bien, estamos viviendo una campaña de acoso al poder judicial, seguramente sin precedentes desde que la democracia se instauró en España en los años 70. Desde todo el entramado político-sindical-cultural-educativo de la izquierda, se ha decidido acosar y presionar al poder judicial tratando de deslegitimarlo e incluso acusándolo de ser cómplices los presuntos crímenes cometidos por el Franquismo. Ver lo que estamos viendo los españoles en estos días, tendría que poner en alerta a todos los ciudadanos de bien de izquierda o derecha, que sean realmente amantes de la libertad y la democracia. Recordemos que el juez Garzón, está actuando pese a las leyes vigentes que declararon prescritos los presuntos delitos cometidos durante la Republica y el Franquismo, pese a las distintas amnistías de que disfrutó España para permitir perdonar y olvidar a las dos partes, a las dos Españas. Sin entrar a valorar la razón, la legalidad o justicia de la posible inhabilitación del juez Garzón hay algo que sindicatos, Gobierno, productores millonarios de cine, cineastas agraciados con multimillonarias ayudas, rectores de universidad y ciudadanos de a pie tendríamos que respetar, es la independencia del poder judicial. Es incomprensible que por un lado el Presidente Zapatero exija respeto al poder judicial (entiéndase como todos los jueces) y sus decisiones, ante la sentencia sobre el Estatuto de Cataluña y, a la vez, un alto cargo del Gobierno acuda a actos en los que se ataca a la misma institución.
¿Y que decir del lugar en el cual se celebró el multitudinario acto donde se reunieron tan ilustres personalidades como representantes de partidos políticos, miembros del Gobierno, cargos públicos del partido en el poder, etc., etc.? Es el mismo lugar donde se organizan boicots a políticos discrepantes. No parece el lugar más apropiado, la universidad como centro de pensamiento y centro neurálgico desde el cual deben emanar las clases dirigentes democráticas del país, a mi entender no es el lugar adecuado para organizar actos de hostigamiento (yo lo vi así) contra el poder judicial y la independencia de los jueces.
Nos gusten o no las sentencias debemos acatarlas y si no nos gustan las leyes que han llevado a esas sentencias trabajar por cambiarlas. Pero eso sí, siempre buscando la igualdad, la libertad, la justicia, los valores propios de un estado de derecho, no podemos impulsar medidas para juzgar solamente a una parte de los ciudadanos. Si se juzga los crímenes del Franquismo, debemos juzgar los crímenes de la Republica. Si se encausa a personas fallecidas o vivas de un bando, con responsabilidades en los crímenes, también se debe juzgar a los criminales vivos y muertos del otro bando. Si se juzga a Franco, hay que juzgar a Azaña, Negrín, la ‘Pasionaria’ y demás, si se juzga a Fraga hay que juzgar a Carillo y a los familiares de los actuales gobernantes que disfrutaron de buenos puestos en el franquismo, por muy del PSOE o deis que actualmente sean.
Modestamente y como nieto de dos republicanos, lo que realmente creo, es que este país necesita mirar más hacia delante y menos escarbar la tierra de las cuentas, más tomar medidas para que los españoles de hoy puedan comer, tener una casa, y disfrutar del nivel de vida que teníamos hace pocos años. Si alguien quiere un nuevo modelo de sociedad que tiene en su cabeza, mejor que pregunte a los españoles si lo comparten, y se interese más por su casa y sus hijas, mejor que deje a los demás hacer lo propio con unas condiciones adecuadas de ingresos (trabajo), seguridad, sanidad y demás. ¡¡¡ Que ruina de políticos, sindicalistas, cineastas, intelectuales, y demás vividores del sudor de los demás!!!